viernes, 22 de agosto de 2008

Paul Simon, una vez mas

Durante los dos años y medio que viví en Bélgica, tuve la oportunidad de asistir a varios conciertos. En la entrada anterior hablé con gran emoción de lo que significó ir a ver a The Police, pero curiosamente, cuando asistí a dicho concierto, vi un cartel que anunciaba la presentación de otro de mis grandes ídolos de la música, Paul Simon. Al concierto de The Police asistí con dos queridas amigas, Dorota y Rozenn y les comenté que deberíamos de ir a ver a Paul Simon juntos. Desafortunadamente Rozenn estaría de vacaciones en esas fechas, así que asistí con Dorota.

El concierto fue una verdadera maravilla. Paul Simon siempre ha sido uno de mis músicos favoritos. La letra de sus canciones es sencillamente maravillosa y la música es fenomenal. A Paul Simon tuve la fortuna de verlo en México cuando estaba realizando la gira del álbum Rithm of the Saint. En aquella ocasión Paul se presentó acompañado de un grupo enorme de músicos. Eran entre 12 y 15 músicos en escena. La música sonaba igual o mejor que en las grabaciones y los arreglos eran pequeñas variaciones a las versiones que todos conocemos. Aquel concierto fue prácticamente una reproducción de lo que presentó en Central Park, en ese concierto que está grabado como un álbum doble. Verlo mas de 15 años después en Bélgica fue grandioso. Por principio de cuentas, Paul se presentó tan solo con otros 5 músicos, lo cual hizo que el concierto fuera mucho mas íntimo. Se nota que los años han pasado por el, y ya no le preocupa su estatura. En México lo vi utilizando unos botines con un tacón bastante alto, mientras que en Bélgica se presentó con unos zapatos tenis. Su escaso pelo lo cubre con un sombrero blanco y se veía como si viniera a una reunión en su casa, con puros cuates.

Cantó muchas canciones de su repertorio mas conocido (es imposible que cante todos sus éxitos, porque el concierto duraría varias horas), pero lo hizo de una manera diferente. Versiones en las que se mostró que canciones viejas pueden tener vida nueva al hacerse versiones interesantes de las mismas. Solo algunos casos fueron tocados exactamente como en sus versiones grabadas como You can call me Al. El concierto duró cerca de dos horas, en las que todo el público se deleitó una y otra vez con la música de este genio. El concierto fue tan emotivo que logro parar de sus asientos a los tradicionalmente fríos belgas.